Cuando pienso en una tarta
siempre me vienen a la cabeza dos, una blanca, con bizcocho de vainilla y otra
negra, de chocolate. Con este último tengo una relación curiosa. Bien me muero
por él y necesito comerlo todos los días -conguitos, M&Ms, chocolatinas
varias: Mars, Lion y mi favorita de todos los tiempos: Snickers. Bien, me olvido por completo y me da por comer
fruta y verdura.
Lo que sí tengo comprobado es que
cuanto menos chocolate como menos me apetece y cuanto más… en fin, se me ha
entendido ¿no? Otra cosa que sé es que me encanta la combinación
cacahuete-chocolate, mucho más que con almendras, ¿dónde va a parar?
Dejando de lado mi afición por la
única combinación de chocolate y frutos secos que me gusta, el otro día se me
ocurrió preparar una tarta, pero de esas que se ven en las películas
americanas: tres capas, chocolateadas por dentro y por fuera con un buttercream
que hace que me den ganas de introducir la mano en la pantalla y comérmelo
a ‘dedazo’ limpio.
Como me suele ocurrir con casi
todas las recetas, ésta era ‘mi primera vez’… con la tarta de chocolate. Y
reconozco que eso es lo que más me gusta: no repetir e ir probando una tras
otra.
Siempre me propongo volver a
hacer alguna receta cuando descubro durante el proceso qué debería haber
cambiado, en qué no debía haber hecho caso al/la repostero/a del/la que la
obtuve, pero la tentación es demasiado fuerte. Entro en otras páginas o blogs y
veo pasteles de colores brillantes que me llaman o de repente se me antoja algo
y necesito hacerlo urgentemente (como casi todo en mi vida, pues no tengo
demasiada paciencia para según qué cosas). Y de un antojo nació esta tarta de
chocolate que, y esto va en serio, para quien esté colgado por el cacao es un must do. Receta adaptada de Joy of Baking.
Ingredientes
(bizcocho de chocolate):
-
120 gr de chocolate negro troceado (yo he usado Nesté
para repostería)
-
30 gr de
chocolate negro en polvo sin azúcar
-
240 ml de agua hirviendo
-
295 gr de harina para repostería
-
1 sobre de levadura Royal
-
1 tsp de bicarbonato
-
¼ de tsp de sal
-
226 gr de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
-
250 gr de azúcar granulado
-
3 huevos grandes
-
2 tsp de extracto de vainilla ( también puede ser polvo
de vainilla, vainilla en pasta o una vaina)
-
240 ml de leche
Preparación
del bizcocho:
Nota antes de empezar: Hay dos maneras de hacerlo. Bien preparar todos los
ingredientes y al final dividir la masa resultante en dos moldes o ponerlo todo
en el mismo y después cortar el bizcocho en horizontal. Os diré que he probado
las dos formas, más que nada porque en la receta original decían que había que
poner 2 tsp de levadura y no me subió el bizcocho todo lo que yo esperaba, por
lo que terminé haciendo otra vez la masa: finalmente me quedaron 4 capas,
aunque sólo puse 3 porque no quería un rascacielos de chocolate (las dos primeras
que hice en dos hornadas, y las dos segundas que resultaron de un único
bizcocho que corté en dos).
La
primera vez dividí en dos la masa. Hornear dos veces, pues si se pone un molde
arriba y otro abajo no se hacen igual. Si estáis pensando en cambiarlos en
mitad del proceso lo que puede pasar es que se estropee el invento, pues al
abrir el horno el bizcocho se rebotará con vosotros y entonces pasará de dejar que
la levadura haga su trabajo.
La
segunda vez, puse toda la masa en un molde y el resultado es que,
evidentemente, hay que hornear durante mucho más tiempo, el doble. Francamente
creo que dividir la masa en dos es mejor, tal y como se recomienda.
Precalentar el horno a 177º y
colocar la bandeja en el centro. Podemos cortar dos hojas de hornear con forma
de círculo para ponerlas en la base de cada molde (bastará con poner el papel
debajo y delinear un círculo con un bolígrafo). También se puede engrasar bien
cada molde con mantequilla o aceite y después espolvorear con harina sacudiendo
al final para quitar el exceso.
Chocolate: en un bowl que aguante el calor (recomiendo uno de
‘loza’ de toda la vida), colocar el cacao en polvo y el chocolate negro
troceado y verter el agua hirviendo (a ver, yo esperé un par de minutos para
que se enfriara un poco, pero muy poco). Echar el agua despacito e ir mezclando
hasta que quede una mezcla homogénea y dejar a parte.
Ingredientes secos: en otro bowl mezclar con varillas o un tenedor
la harina, la levadura, el bicarbonato y la sal. Recordar que primero hay que
tamizar la harina y la levadura.
Con la batidora: batir la mantequilla, que estará a temperatura
ambiente y habremos cortado en cubitos, hasta que quede cremosa. Añadiremos
gradualmente el azúcar y batiremos bien para que quede incorporado.
Añadiremos los huevos, como
siempre uno a uno, y batiremos bien tras cada adición. Rascar los bordes y
volver a batir. Repetir la acción todas las veces que sea necesario para que la
mezcla sea homogénea y no queden grumos de azúcar en los bordes.
Posteriormente añadiremos el extracto de vainilla y el chocolate que ya
habíamos fundido, y batiremos bien todo.
Añadir harina y leche a la mezcla. Lo haremos en tres pasos (la
harina) y en dos (la leche) batiendo tras cada adición:
-
1/3 de la harina
-
½ de la leche
-
½ de la harina restante
-
Resto de leche
-
Harina
Batir lo suficiente pero no demasiado,
porque entonces el bizcocho no subirá todo lo deseado.
Dividir la masa en dos moldes y
hornear uno tras otro. Después de hornear, dejar enfriar en una rejilla o lo
que tengáis. Tras 10 minutos, desmoldar.
Mi recomendación es que si habéis horneado con papel lo dejéis y
envolváis el bizcocho en film transparente con él puesto y lo enfriéis en la
nevera tal cual. Si no habéis usado papel, pero sí moldes desmontables, dejad
la base del molde y enfriad el bizcocho envuelto en film con la base puesta. Si
habéis utilizado moldes normales, desmoldad con cuidado y envolved el bizcocho
en film y dejad enfriar en la nevera.
Ingredientes
para el frosting (chocolate buttercream):
-
200 gr de chocolate negro troceado
-
100 gr de chocolate negro en polvo sin azúcar
-
2 TBS de agua
-
80 ml de leche
-
400 gr de azúcar glas
-
1/8 tsp de sal
-
1 o 2 tsp de vainilla (en este caso no usar en vaina,
porque deja semillas que quedan muy bien en un frosting blanco, pero no en el
de chocolate )
-
113 gr de mantequilla a temperatura ambiente (si hace
calor, yo no dejo que coja demasiada temperatura, para que no se derrita el
frosting)
Chocolate: derretir el chocolate troceado y el cacao en polvo con
las dos cucharadas soperas de agua en una cacerola (o como estéis
acostumbrados/as a hacerlo). Apartar y dejar enfriar.
Mantequilla: batirla hasta que esté cremosa. Añadir el chocolate y
todos los demás ingredientes (menos el azúcar glas) y mezclar bien.
Finalmente añadir el azúcar en
polvo y batir hasta que quede una mezcla de textura esponjosa. Os daréis cuenta
de que ya casi está cuando el chocolate se aclare. Si queda una mezcla poco
consistente añadid más azúcar glas. Si, por el contrario, está demasiado seca,
cosa que dudo, echad un ‘pelín’ más de leche, aunque siempre es preferible que
quede más seca para poder cubrir bien la tarta sin que se derrame el frosting.
Montar la tarta: bien, hemos tenido los bizcochos enfriando en la
nevera (mínimo 3 horas). ¿Por qué? Porque así no se nos desmigará cuando
untemos el chocolate entre capa y capa ni cuando cubramos la tarta.
Por cierto, los bizcochos para
cualquier tarta se pueden congelar. Es más, hay quien lo recomienda. Creo que
duran unos 3 meses. Después se sacan y se les hace el frosting, buttercream o
cualquier cobertura que os apetezca sin problemas.
Sacamos los bizcochos y los
colocamos en el soporte que tengamos. Normalmente se coloca en un pedestal
giratorio (que yo no tengo, ni ganas de comprarme uno). Lo que yo he hecho es
colocarlo en una base de cartón para tartas (que venden en ‘los chinos’ ;p).
Colocaremos la primera capa y rellenaremos con una espátula o, en su defecto,
con un cuchillo de mantequilla. Después colocaremos la segunda capa. Habrá que
cubrir la tarta (toda ella) con frosting y después dejarla enfriar en la nevera
unos 30 minutos.
Pasada esa media hora, volveremos
a cubrir con frosting. La primera capa es una base que ayuda a cubrir la tarta
con mayor facilidad. La podéis decorar como buenamente os parezca, el lado
creativo os toca a vosotros. Yo he utilizado azúcar de color rosa y perlitas de
azúcar.
Nota:
La tarta fue transportada, por
eso se ven las capas un poco raras. Tengo pendiente comprar cajas de cartón y
no volver a sufrir tanto mientras la llevo en coche. Aunque las fotos son
horrorosas, estaba de miedo :D.